Pekerman y cómo morir de hambre con la nevera llena
Una Colombia displicente, salvo algunos jugadores, sacó un punto valiosísimo, aunque sigue jugando a nada.
La responsabilidad es toda del DT. La esperanza se renueva cada fecha de eliminatoria. Todos esperamos que el equipo 3 años después de iniciada la eliminatoria encuentre el camino, pero la selección no sabe a qué juega y pareciera que las victorias son más casualidad que fruto del trabajo.
El equipo lució perdido, con hombres para jugar a otra cosa, a 'algo' por lo menos, nos costó hilvanar 4 pases seguidos. El mismo esquema rígido y sin variantes de casi toda la eliminatoria. Abusamos del pelotazo y condenamos a Falcao, que está en un momento formidable, a pescar en río revuelto en medio de 4 defensas. Un despropósito.
Juan Guillermo Cuadrado va a tener que ubicarse en el mundo cuando se ponga la camiseta amarilla. El Cuadrado de la Juve es obrero, colectivo, efectivo, gravitante. El Cuadrado de la selección es errático, egoísta, especulativo y temeroso. Toda un incógnita. Y no aporta mucho.
Venezuela no tenía nada que perder, con todo y eso no se ahorró nada, peleó todas pelotas, buscó el arco contrario con determinación y con algo más de fortuna hubiera sido un justo ganador del juego. Por fortuna David Ospina es prenda de garantía.
Todos los lentes no deberían apuntar al técnico. Hay una evidente falta de actitud de algunos jugadores. La rebeldía necesaria para jugar la eliminatoria suramericana no aparece. El entrenador escoge los hombres pero son ellos los que deciden en el rectángulo y lo están haciendo mal.
¿Qué seguiremos haciendo cuando James no esté? La calculadora nos cuadra, pero la retina del ojo sufre. No podemos jugar con los ahorros.
Comments