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El heredero de Carletto (Parte II)


El camino exitoso del aprendiz



Mientras Carletto miraba resignado los minutos finales en Lisboa, un hombre de traje negro daba indicaciones, intentando motivar a un equipo al que se le escapaba la ansiada décima Copa de Europa. Su nombre: Zinedine Yasid Zidane, el heroé de la novena en Glasgow. Asistente técnico del italiano durante dicha temporada, el francés incursiona como director técnico en la 2014 – 2015 del Real Madrid Castilla. Ancelotti incorpora a su staff a Fernando Hierro para intentar administrar la plantilla de figuras de la Copa del Mundo que acaba de contratar Florentino: Toni Kroos, James Rodríguez, Keylor Navas y Javier Hernández se unen a la BBC, Sergio Ramos y compañía. Sus ingresos obligan a las salidas resistidas de Xabi Alonso, Álvaro Morata, Ángel Di María y Diego López. El joven Casemiro es cedido al Porto, en su lugar llegaría en el mes de enero el joven brasileño Lucas Silva.


¿Por qué cambiar lo que funciona? Venta de camisetas, negocios de Florentino Pérez en Sudamérica, explotación de marca en otros mercados y otra cantidad de suspicacias redactadas desde las salas periodísticas madrileñas, son las respuestas al interrogante. Mismo comienzo de temporada con dudas, poca claridad sobre el sistema de juego a emplear y la posición de James Rodríguez en el campo de juego, ponen en duda la inversión realizada por el equipo merengue. Un infortunio se convirtió en la luz de este proyecto: la lesión de Gareth Bale a principios de octubre de 2014. Ante la ausencia de Jesé por su larga inactividad debido a la rotura de ligamento cruzado y el poco convincente rendimiento de James como extremo por derecha, Carletto regresa al 4-4-2: Kroos y Modric como ejes centrales del juego, James e Isco por los costados como volantes mixtos y arriba Benzema de media punta con Cristiano de 9. Juego directo y asociado de los laterales quienes encontraban respaldos en la marca ante el despliegue defensivo de las dos joyas: Isco Alarcón y James Rodríguez. Empieza el baile: 22 partidos ganados consecutivos con exhibición en Anfield Road (la casa del Liverpool) y bofetada al Barca incluida: 3 a 1 en el Bernabéu en lo que supone el mejor partido jugado por el Real Madrid contra su acérrimo rival en su campo desde el día del pasillo (4-1 en mayo de 2008).


Madrid gusta, gana y golea. CR7 más habitante del área que nunca, no para de marcar. Los merengues ajustan seis puntos de ventaja sobre el Barcelona en Liga, ganan todos los partidos de la fase de grupos en Champions y viajan a Marrakech por su primer mundial de clubes con Bale dentro del plantel. 15 días antes, el Madrid sufre su segunda mala noticia de la temporada: Luka Modric es baja por tres meses. Un arrancamiento en el tendón proximal del recto, padecido durante un amistoso de su selección contra Italia obliga a Ancelotti a buscar soluciones.


En Marruecos, el Real afronta la final con la BBC, Kroos, James e Isco. 2-0 ante San Lorenzo con goles de los anotadores en Lisboa: Ramos y el galés. La apuesta de Carlo se repite en Liga ante el Valencia en Mestalla, donde pierde la racha de 22 partidos ganados. Los 5 jugadores de corte ofensivo en el campo de juego no ofrecen soluciones defensivas para respaldar a Toni Kroos que se siente poco cómodo como eje del mediocentro. Madrid sufre para ganar los partidos ante la ausencia de su productor de juego. Carlo intenta restablecer el equilibrio defensivo con el ingreso de Asier Illarramendi en los siguientes compromisos, pero una llamada desde el palco obliga a cambiar nuevamente el sistema: “Bale debe estar en el campo siempre que esté en condiciones”.



Las lesiones de Ramos, Pepe, Marcelo y James Rodríguez se suman a la de Modric. Empieza la debacle: a la eliminación en octavos de Copa del Rey a manos del Atlético, se le sumó el susto en el Bernabéu contra el Schalke 04 que estuvo a un gol de meterse en cuartos de Champions, paliza por Liga en el Vicente Calderón 4 a 0 y derrota en San Mamés por la mínima diferencia. El croata vuelve para afrontar el asalto al Camp Nou. Barcelona ya es líder de la liga por un punto. El Madrid, con la disposición táctica más ofensiva de sus últimas presentaciones en Catalunya, sucumbe ante el Barcelona más contragolpeador. 2 -1 y a 4 puntos en liga.



Sobrecargas físicas y lesiones recurrentes afectan a una plantilla corta, que enfrenta el último tramo de la temporada con lo justo. Supera al Atlético de Madrid, esta vez en cuartos de Champions League con el solitario gol de Javier Hernández, solución ante la ausencia de Karim Benzema. Sorpresivamente, Ancelotti enfrenta esta serie con una variante impensada: Sergio Ramos como eje del mediocentro. Madrid no consigue consolidar un estilo de juego ante las ausencias y aunque recupera a Marcelo y Benzema, pierde nuevamente a Modric para las semifinales, donde la inexorable ley del ex firmada por Álvaro Morata, priva al mundo entero de disfrutar un Madrid – Barca en Berlín, sede de la final de Champions 2015.


La Copa, Liga y Champions caen en vitrinas catalanas. Nuevo triplete de Messi y compañía, y nuevo despido de Florentino, el ciclo de Carletto concluye para dar paso a Rafael Benítez en la temporada siguiente. Rafa dura cinco meses en el cargo: el ridículo en Cádiz, la estrepitosa caída contra el Barcelona de local sin Messi de titular, el mal rollo con los pesos pesados de la plantilla, la prensa y un sector de la afición, obligan al entrenador español a decir adiós. Su reemplazo, el aprendiz Zinedine Zidane.


El francés destruye el tridente Kroos – Modric - James en detrimento del colombiano para dar lugar a la pieza traída por Rafa Benítez: Carlos Henrique Casemiro. Rafa había dado indicios de que el brasileño sería su hombre de confianza en el centro del campo, pero el poco peso de su nombre en el madridismo obligó a hacer lo que el “Big Boss” Florentino le solicitaba. No fue así Zidane, quien relegó del once titular al colombiano y apostó por el número 14. Madrid supera a rivales de poca historia en la UEFA Champions League (Roma, Wolfsburgo, Manchester City respectivamente) para citarse en una nueva final ante el Atlético. En Liga, a pesar de que el equipo logró ganar en el Camp Nou con 10 hombres, no pudo superar al Barcelona que se coronó campeón con un punto de ventaja. En definición por penales, tras una apática final, Real Madrid supera al Atlético de Madrid y logra adjudicarse su Undécima Copa de Europa.




Una temporada más de Zidane en Chamartín y llega el doblete: Duodécima y Liga de España después de cinco años. ¿Cómo lo logró? En Liga apeló a la rotación, donde dispuso de una plantilla suplente con nombres como Lucas Vázquez, Nacho Fernández, Mateo Kovacic, Marco Asensio, Álvaro Morata (que regresaba de la Juve), Isco Alarcón, Kiko Casilla y James Rodríguez, quienes ofrecieron soluciones y variantes en los partidos clase B, ganando con cierta holgura y apostando por el 4 -2 -3 -1; mientras el once de gala pasaba ciertas dificultades para superar a sus rivales clases A. El 4-3-3 nunca convenció durante la temporada y las recurrentes lesiones de Gareth Bale obligaron a Zidane a buscar otras alternativas: primero Lucas, luego James, luego Asensio y finalmente Isco, jugador del paladar del francés cuya confianza hacia el malagueño se materializó en un excelente performance del jugador en el tramo final de la temporada. Su exclusión en el clásico lo entendieron pocos, Zidane se la jugó nuevamente por la BBC tras la recuperación de Bale, quién tuvo un mal partido y salió lesionado. Aunque el Real perdió aquel encuentro, los tres puntos de ventaja sobre el Barcelona fueron suficientes para proclamarse campeón en la última fecha.


En Champions, tuvo algunas dificultades en la fase de grupos, quedando segundo por detrás del Borussia Dortmund. Superó en octavos al Napoli gracias a la fórmula salvadora de la primera parte de la temporada: el juego aéreo de Sergio Ramos. En cuartos, el Bayern Munich pudo haber liquidado la serie en los primeros 45 disputados en el Allianz Arena, no obstante, Zidane aprovechó la ventaja del hombre de más tras la expulsión de Javi Martínez y decidió mandar a la cancha a Marco Asensio por Bale. Todo cambió: Madrid dio vuelta al partido 1-2 en Alemania y superó en tiempo extra en el Bernabéu por 4-2 a su rival, con una noche envuelta en polémicas decisiones arbitrales y el retorno de Ronaldo como centro delantero en una gran noche europea. De ahí en adelante todo fue de CR7: Triplete en semis contra el Atlético y doblete en la final contra la Juve. Zidane, como Ancelotti, apeló al 4-4-2: Isco y Modric como constructores del juego exterior, respaldados defensivamente por Casemiro y el buen pie de Kroos. Marcelo y Carvajal se erigieron como los mejores laterales del momento, Benzema volvió a demostrar sus fortalezas como media punta y Ronaldo como nueve. En Cardiff no hubo duda, ‘el aprendiz’ heredó lo mejor de sus antecesores y lo materializó en su plan de juego, mucho más parecido al del italiano, con quien consiguió la décima.




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Un sitio de: Juan Camilo Parra y Joan Sebastián Ruiz

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