El Heredero de Carletto (Parte I)
17 de mayo de 2013. Real Madrid recibe al Atlético de Madrid en su estadio para disputar una nueva edición de la final de la Copa del Rey. Los merengues comandamos por José Mourinho buscan salvar la temporada con un título, tras la sorpresiva caída en semis de Champions con el Borussia Dortmund (Lewandoski, ¡genio!) y la estrepitosa ventaja de 15 puntos que el Barcelona le sacó en la Liga 2012 – 2013.
La noche pinta para fiesta blanca. 14 años de hegemonía merengue en el derby de la capital justifican el amplio favoritismo para el ‘FlorenTeam’. Los primeros 25 minutos del partido lo confirman: Gol de CR7 de cabeza, marca registrada de la casa. Madrid domina a placer y dilapida opciones claras frente al arco de Courtois, más gigante que nunca. El Cholo sufre. Godín y Miranda, con orgullo propio, empujan a un Aleti que se siente capaz. La insólita alineación de Raúl Albiol en el once titular le sale caro a Mou: enganche de Falcao en el centro del campo y habilitación a Diego Costa (¡Qué dupla!) Gol del Atlético.
El fin de la era Mourinho se ratifica en el minuto 9 de la prórroga: Miranda aparece con un cabezazo en el primer palo para darle una cachetada a la historia. Mou, en la tribuna tras ser expulsado, ve como su equipo se desmorona en el campo de juego ante las atentas intervenciones de Thibaut y la llamativa expulsión de Ronaldo. Minuto 120, es el final: ATLÉTICO CAMPÉON. Se rompe la sequía de 25 partidos sin ganarle al Madrid, se queda con su décima Copa del Rey y da la estocada para el comienzo de la era Real Madrid modelo Siglo XXI.
La llegada de “El pacificador”
Radicado en París, Carlo Ancelotti vuelve a estar en la élite del fútbol mundial tras salir campeón de la Ligue One: una buena serie contra el Barcelona en cuartos de Champions convencen a Florentino de que será el ‘míster’ que podrá terminar con la paternidad catalana, ante la negativa de Jupp Heynckes, el entrenador del Bayern Münich, culpable de la debacle azulgrana. Salen Özil, Carvalho, Essien, Higuain, Albiol. Son relegados a papeles secundarios Khedira y Arbeloa. Todos soldados de ‘Mou’. Llegan Carvajal, Isco, Illarramendi, el joven Casemiro y el jugador más caro del mundo hasta el momento: Gareth Bale. Sólo comparte dos decisiones de su antecesor: 1) Diego López titular en la Liga e Iker destinado a la Champions y la Copa del Rey; 2) Sergio Ramos como defensor central (gracias Mou).
El Real Madrid modelo 2013-2014 no convence a la siempre exigente hinchada merengue en sus primeros partidos. Ancelotti no encuentra el equipo. El 4-4-3 que intenta posicionar no da frutos por la falta de equilibrio defensivo. Pierde de local contra el Atlético, pierde el clásico en el Camp Nou y pasa trabajos en Turín contra la Juventus por la fase de grupos de la Champions. Un primer semestre poco convincente en cuanto al juego, sólo es avalado por los números conseguidos; el rendimiento de su línea de volantes, con Xabi Alonso como eje central de juego junto a Modric y Di María, éste último convertido en volante mixto para cubrir el ancho de la cancha; y el buen rollo del plantel. Arriba, la BBC es “innegociable” para Ancelotti (o para Florentino).
En el segundo semestre, destruyen todas las defensas españolas, se cargan al Schalke 04 y al Borussia Dortmund para llegar a semis de Champions y enfrentar al todopoderoso Bayern de Guardiola. Antes, otro clásico perdido con el Barcelona de local con triplete de Messi el 23 de marzo de 2014 y la lesión muscular de Ronaldo, obligan a Carletto a cambiar su esquema en una noche importante: final de la copa del Rey nuevamente contra el Barca. El 20 de abril de 2014, Ancelotti ubica una línea de cuatro con Isco, Di María, Modric y Alonso. Bale y Benzema conforman el ataque. Madrid juega su mejor partido de la temporada y se consagra campeón. Bartra todavía tiene pesadillas.
La apuesta por el esquema se repite ante la revolución catalana en Múnich. Guardiola busca su tercera Champions como DT. No contaba Josep con el sacrificio del jugador de 100 millones de euros para darle una mano al colectivo madridista, haciendo recordar sus mágicas noches en White Hart Line como extremo: 4-4-2 nuevamente, el antídoto contra el fútbol ofensivo ‘Made in Catalunya’. La posesión del balón, los desbordes de Robben y Ribery, las triangulaciones ofensivas bávaras y la siempre frágil línea defensiva de Guardiola, sucumbieron ante los contragolpes de Ronaldo, Bale, Benzema y Di María, y los cabezazos de Sergio Ramos (cómo sobrevivir al bullyng y convertirse en el mejor central del mundo). Aquella noche, Cristiano avisaba que su rol como extremo estaba condenado al ostracismo, pues su nuevo hábitat natural sería el área. Mientras, en la banda, el asistente técnico del Madrid tomaba nota.
La Décima llegó con más sufrimiento de lo esperado: Ancelotti alineó nuevamente el 4-3-3 en Lisboa contra la siempre difícil resistencia ‘cholista’. Ante la baja de Alonso, Khedira fue el hombre elegido. Aquel Madrid se pareció al de Mou: errático, sin ideas y jugando al cómo sea cuando estaba por debajo del marcador. El ingreso de Marcelo (que nunca más perdió el puesto) y el de Isco por Khedira (tómo nota nuevamente el asistente), le brindó algunas soluciones que parecían inofensivas. Sólo hasta el minuto 93, los colchoneros pudieron saber qué se siente dejar escapar una Champions en la última jugada. Tiempo Extra para prolongar el sufrimiento en Manzanares: Real 4 – Atlético 1, festejo europeo merengue después de 12 años y abrazo de Carlo con su asistente técnico. El trabajo estaba hecho...
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